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Mostrando entradas de noviembre, 2019

El poder de la mente: la fibromialgia

Ya he hablado otras veces del poder de la mente, en este caso voy a hablar de la fibromialgia. En este espacio se habla de la enfermedad mental, pero, ¿en dónde podemos englobar la fibromialgia? Una enfermedad en terreno en medio de nadie. Las pruebas físicas no muestran ningún daño y sin embargo quienes padecen este mal se sienten cada vez peor. La fibromialgia consiste en un dolor que comienza casi siempre con un resfriado y, de hecho, los que la padecen dicen que creen que nunca llegaron a curarse de ese resfriado pero que, curiosamente, se origina tras algún hecho psicológico traumático para la persona. A partir de ahí, los dolores aumentan junto con el cansancio según va pasando el tiempo hasta el punto en el que se muestra totalmente incapacitante. ¿Cómo es posible que algo que no se ve provoque en el cuerpo un dolor tan fuerte?   ¿Cómo es posible que tu cerebro envíe esas señales de dolor cuando no hay nada aparente que lo justifique? Parece una enfermedad que no...

No puedo evitarlo: los impulsos

Un impulso es la necesidad de realizar ciertas actos, se percibe como una imposibilidad a resistirse a evitar hacer ciertas actividades aunque incluso puedan resultar peligrosas para uno mismo o para los demás. La impulsividad es un rasgo de la personalidad, no tiene por qué ser un problema pero, como siempre que nos referimos a la salud mental y a las enfermedades mentales, todo depende del grado de impulsividad y qué límites tienen esos impulsos. Hay personas que se dejan llevar por sus impulsos de manera que llegan a tener muchos problemas con las personas que se relacionan. Cuando ese impulso te lleva a traspasar el límite de la persona con la que estás, hay un problema. El propio impulso dirige tu vida, no puedes resistirte a él. Cuando pasa de un extremo donde es   imposible llevar   una vida normal aparecen diferentes trastornos, entre ellos, el trastorno explosivo intermitente (explosiones de comportamientos agresivos en donde la situación no lo justifica),...

¿Quieres o amas?

Es verdad, no son lo mismo. No es lo mismo arrancar la rosa que admirarla y cuidar el rosal para que esa flor siga exhibiendo su belleza. No es lo mismo querer acaparar esa hermosura solo para ti, que nadie más la vea, la admire, que nadie la toque... A amarla de tal modo que deseas que permanezca sana el mayor tiempo posible, te preocuparás de que no le falte agua y solo el hecho de arrancarla de su madre, el rosal, te provoca pena. Lo primero es querer, lo segundo es amor. Tan parecidos aparentemente y tan diferentes en su esencia. Si esto lo traemos al ser humano vemos que las personas, cuando hablamos de amor nos referimos más al aspecto posesivo que al altruista. Queremos para nosotros, queremos exclusividad, queremos ser los únicos para el otro, cuando decimos "te quiero" esperamos otro "te quiero" y si esto no sucede te molestas o incluso te enfadas acusando a tu pareja de que no te quiere...   Este mal llamado amor va a entrar en crisis tarde o t...

¿TÚ ME QUIERES?

El ser humano no es como las demás especies animales. En nosotros, el sentido del amor hacia otra persona nos lleva a formar parejas, me da igual el tipo de pareja que sea. Cuando hablo de pareja hablo de dos personas que tienen un sentimiento muy profundo que les lleva a convivir y compartir sus vidas. Cuando eso sucede decimos que esas personas están enamoradas, se quieren, comparten gustos musicales, literarios, hobbies, formas de pasar el tiempo libre... Eso es amor, ¿verdad? Tal vez sí, tal vez no. Depender de los demás sabemos que no es bueno ¿Por qué se juntan dos personas? ¿qué les lleva a desear estar siempre juntas, a formar un proyecto de vida? Empecemos por el principio, el sentimiento del amor, ¿es algo innato o lo aprendemos con la experiencia? Nacemos con la capacidad de amar pero si no hay nadie que nos enseñe que existe y cómo se hace, no seremos capaces. Parece imposible.... pero así es, hay mucha gente que no sabe amar, nadie le ha enseñado. No lo sabe ...

EL MIEDO

Uno de los sentimientos más poderosos es el miedo. El miedo te puede paralizar o te puede llevar a hacer conductas de las que más tarde te vas a arrepentir. Sin embargo, el miedo no tiene ningún poder si no piensas en las situaciones. El miedo solo es una percepción subjetiva ante un hecho. Es una barrera de humo que parece opaca y sólida cuando en realidad solo es humo que se disipa y deja ver lo que tienes delante claramente. Solo cuando la traspasas es cuando percibes que todo estaba en tu mente. Tienes más miedo antes de enfrentarte a eso que tanto te asusta que cuando estás dentro de la situación misma. Cuanto más te escondes, cuanto más huyes, más miedo tienes, más temor a hacer nada, te siente más inseguro y realmente crees que no serás capaz de superar el hecho en sí. Eso es tu mente que te engaña, es tu mente cuyo instinto de supervivencia intenta protegerte para que no sufras, para que no te hagas daño y, curiosamente, cuanto más intenta protegerte, más va a perju...